Querido mes de octubre, no espero nada nuevo ni bueno de ti, solamente el poder sentirme bien.
Miro atrás y solo veo decepción, dolor, sufrimiento... nada bonito de recordar, pero sí útil, para asimilar los errores hechos y aprender de ellos.
Lo peor de este dolor, no es el dolor en si, es todo aquello que uno mismo pasa por alto, lo que aceptas, toleras y lo peor de todo, sabes que te destruye, pero sigues aferrándote a ello.
Deberíamos ser más conscientes, con menos miedo, quizá a la soledad.
Igual debería saber abrazarme a ella, quizá así todo duela menos y pueda sanar.
Muchas noches de lloros, de insomnio que no han servido para nada, solo para hundirme.
Decidí hundirme, de manera gratuita, sencilla, para tener como recompensa tu indiferencia.
Y bueno, ahora que ya no estás, gracias por haberme decepcionado tanto, fue la manera más efectiva.
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