Recuerdas aquel día en el que decías que querías ser mayor? Lo recuerdas? Y ahora que ya lo eres, te satisface? 

Porque a mi realmente no, añoro aquellos días en los que mi única preocupación era no salirme de la raya mientras pintaba, el no dejarme los patines el día que tocaba patinar, el hacer los deberes para no quedarme castigada de 17 a 18h...etc.

Pero mírate ahora, has conseguido miles de cosas que nunca antes hubieras imaginado y has llegado a lugares que nunca deseaste pero descubriste que te gustan y te hacen feliz.

También, algunas decepciones y frustraciones por saber que tus sueños de infancia, bastantes de ellos nunca se hicieron realidad, más bien, muchos de ellos ni siquiera llegaron a intentarse, pero por el camino fuiste encontrando bifurcaciones que te llevaron a donde estás ahora.

Y te alegras? Y porque debería de entristecerme? Muchas veces, pensamos o creemos ser buenos para conseguir ciertas cosas, pero que esas cosas quizá están lejos de nuestro alcance o no nos sentimos preparados para ello, así que de cierta manera, nos aferramos o descubrimos nuevas cosas, que quizá nos llamen la atención, que quizá nos gusten más o simplemente aparezca en nuestro camino para hacerlo más llevadero.

Muchas de esas cosas, aparecen de manera inesperada, quizá al azar o no, pero que nos enseñan mucho y a la vez descubrimos algo nuevo, a veces nos despiertan nuevas ilusiones, alegrías, objetivos y metas, que nos animan a introducirnos a un nuevo mundo, y poco a poco, vamos sabiendo que ese nuevo mundo, es el nuestro, el correcto, que al final, después de un largo camino de aprendizaje, por fin, estamos donde deberíamos estar y eso, eso es lo que nos hace realmente felices y realizados.


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